La feliz experiencia rivadaviana
Los partidarios de Martín Rodríguez recordaron su gestión y principalmente la de su ministro Rivadavia como “la feliz experiencia”.Esta frase remite a las medidas que se tomaron en Buenos Aires para modernizar la economía, a política y la cultura local. Estas buscaron eliminar los vestigios del pasado colonial y vincular a la ciudad con las corrientes europeas vigentes en la época .Sus resultados fueron asombrosos. En poco tiempo, Buenos Aires se recuperó de la anarquía de 1820, volvió a tener su hegemonía y progresó económicamente.
Gobierno de Las Heras (1824)
Congreso de 1824
Al terminar el mandato de Martín Rodríguez, la Junta De Representantes de Buenos Aires eligió gobernador a Gregorio Las Heras .Durante su gestión se convocó a un Congreso Nacional en 1824: la intención del congreso fue reunir a las provincias bajo un mismo gobierno mediante una constitución que garantizara el sistema representativo y asegurar la paz interior
Lo que se logró fue:
La Ley Fundamental:establecía que, hasta que se promulgue una Constitución Nacional, las provincias se regirán por la propia y que Buenos Aires, se encargaría de conducir las relaciones exteriores.
Oposición a la Ley Fundamental(1826)
Pese a lo que establecía la ley fundamental, los partidarios de un gobierno central (unitarios o centralistas) fueron ganando posiciones y en 1826 lograron la promulgación de la ley de presidencia que estipulaba la creación de un ejecutivo nacional con carácter permanente. Para este cargo fue nombrado Bernardino Rivadavia que asumió en 1826 en un clima de mucha tensión ya que había estallado una guerra contra el Brasil.
Presidencia de Rivadavia (1826-1827)
-Ley de capitalización de Buenos Aires: Buenos Aires se convertía en capital del Estado Nacional. El problema era que para la visión de la época no era posible que el gobierno nacional compartiera el mismo territorio que el gobierno provincial ya que esto anulaba a la provincia como unidad política autónoma. Con esta ley, además, los ingresos del puerto de Buenos Aires quedarían en manos del Estado Nacional para costear la guerra. Este plan provocó la oposición de los hacendados bonaerenses (que no querían perder la ciudad de Buenos Aires ni los ingresos de la aduana) y el descrédito de la gestión de Rivadavia.
La impopularidad del presidente aumentó cuando el Congreso sancionó la Constitución de 1826.Como esta otorgaba al presidente la facultad de designar a los gobernadores de las provincias, fue rechazada por los caudillos federales. Frente al descontento generalizado, Rivadavia renunció a su cargo en 1827.Inmediatamente, el Congreso delegó la conducción de la guerra en el recientemente elegido gobernador de la provincia de Buenos Aires Manuel Dorrego, y se autodisolvió. Entonces la provincias retomaron su soberanía y se gobernaron a si mismas. El periodo de paz termina, vuelve el caos y la guerra civil (esa interminable lucha entre unitarios y federales)
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